El Impostor Del Amor

Imagina que vas por un camino y al poco éste se bifurca, y luego otra vez y luego otra y otra. Así hasta que la multiplicación es tan complicada que la dejamos. ¿Cómo hacemos para volver a la decisión original? ¿Es realmente posible? Si decidimos creer en algo, ¿hay algún lugar en donde podemos decidir no creer? ¿Se da marcha atrás o se empieza de nuevo? ¿Cuál es la constante de nuestras vidas? Las voces no cambian, mis manos o el color de mis ojos. ¿Por qué algo tan poderoso como los pensamientos sí lo hacen? ¿Por qué la vida se vuelve un eco de elecciones? ¿Quién tiene una vida propia y quién sencillamente deja que las cosas fluyan? Si hay un por qué en todas nuestras decisiones, entonces no existen los errores. No existen los accidentes. Vamos de una a otra vida porque somos un constante cambio. Vamos y nos reencontramos. Dejamos y conservamos. No hay forma de evitar decidir, tarde o temprano, todo aquello que te definirá. La vida nos obliga a decidir. Lo único permanente es el cambio: de nuestros afectos, de nuestros sentimientos y de lo que hacemos cada día. Después de tantas desgracias, pesares y ofensas recibidas, Nayled e Israel tienen la oportunidad de hacer cambiar al Amor, para renovarlo, para transformarlo en algo mejor. Aquello es su motivo aunque sigan sin saberlo. Su Amor existió por esa razón y ahora está por desaparecer en medio de aciagos recuerdos y bajo el sufrimiento perpetuo de la pobreza, la guerra, las injusticias y la crueldad de los hombres del lugar en donde vivieron. Hace años, el Amor los fortaleció, los unió y los dotó de magia verdadera. Ahora están separados y hasta que comprendan que no existe uno, sino varios universos en un mismo tiempo y que se han dedicado a crear dos realidades de la misma historia de Amor, el sufrimiento no dejará de acecharlos como un asesino falaz y certero. El Amor es hacer coincidir las realidades. Esta novela rompe el paradigma tradicional en la concepción del Amor, el…