Anti Diplomacia

Desde la mitad del siglo XX, se ha notado que las guerras internacionales han comenzado a reducirse y, quizás, esto se debe a los éxitos de la diplomacia. Sin embargo, en los últimos años han aparecido un conjunto de estrategias anti-diplomáticas que también han ayudado a los procesos de paz. Ellas, son muy poco conocidas, pero están siendo utilizadas con gran insistencia por parte de diversos servicios diplomáticos del mundo para tratar de complementar los usuales mecanismos diplomáticos cuando éstos no son suficientes para alcanzar los objetivos. No obstante, las estrategias anti-diplomáticas se caracterizan por emplear métodos prácticos que, en muchos casos, son ilegales, amorales, ilógicas o erosionan la influencia mediadora de los Ministerios de Relaciones Exteriores. En perspectiva, las estrategias anti-diplomáticas son funcionales en su sentido político, pero en sentido institucional están ayudando a que la habitual costumbre diplomática vaya perdiendo su capacidad pacificadora. Sin duda, la diplomacia de hoy se encuentra en una encrucijada: entre la tradición y la modernidad. Las complejidades de los escenarios locales, nacionales e internacionales, la calidad del liderazgo de las élites políticas nacionales, las interacciones humanas multinivel, y la vocación poco científica de ciertas comunidades académicas, construyen un escenario propicio para que se sustituya la diplomacia por otras formas diferentes y adecuadas a las actuales circunstancias, cuyas potencialidades son un desafío para métodos que poseen más de 3500 años de historia.